28 de febrero de 2013

¿A quien invitamos?







La lista de invitados, que con tanta ilusión iniciamos incluyendo a todas las personas que nos gustaría poder invitar, probablemente termine siendo mucho más extensa de lo que nos podemos permitir, ya sea por motivos de espacio, por cuestión de presupuesto o por preferir una boda más reducida.


Si es así, a partir de ese primer borrador, podemos trabajar la lista y reducirla estableciendo un criterio válido para todos, de manera que podamos explicarlo a nuestras familias y amigos sin ningún tipo de discriminación. Una boda es motivo de alegría y felicidad, por nada del mundo querríamos que se viera empañada por tensiones o malentendidos.

A la hora de reducir la lista, quizá lo menos conflictivo sea eliminar a los compañeros de trabajo. Podemos explicarles los motivos reales o decirles que nos encantaría contar con ellos pero es una boda pequeña o que nos lo impiden motivos familiares, no tienen por qué molestarse. Tener en cuenta que nadie suele invitar a una boda pensando en que le vayan a devolver la invitación, cada pareja tiene sus circunstancias y cada boda es diferente.

A veces, sobre todo cuando se comparten los gastos de la boda, se divide la lista en tres partes: los invitados de la familia del novio, los invitados de la familia de la novia y los invitados de los novios. Esto no siempre es factible, pero es una forma equitativa de hacerlo. 


En cualquier caso es importante incluir a todo el mundo, sin olvidar a los más cercanos y allegados, ya que necesitaremos hacer el recuento exacto tanto del número de invitaciones que vamos a entregar, como del número de comensales para el banquete, incluyéndonos a nosotros mismos.
Cuando hay niños conviene tomar una postura clara y hacerla saber a nuestros familiares y amigos. Si hacemos alguna excepción habrá padres que se preguntarán por qué ese niño esta en la boda y su hijo no, pudiendo ofenderse y estar a disgusto. En todo caso, si determinados niños son especiales para Los Novios, los ideal es darles algún papel relevante en la ceremonia, sin dejar de invitar a otros niños, así no ofenderemos a nadie.

Por otro lado, cuando tenemos invitados solteros, sin pareja o y que no conocen a nadie, incluso personas cercanas que nos estén ayudando intensamente con la boda, podemos tener el detalle de ofrecerles invitación para llevar acompañante a la boda y así se sientan más cómodos.
Ante situaciones difíciles, como por ejemplo padres separados o divorciados, incluso que tienen nuevas parejas, nuestro objetivo debe ser evitar cualquier tipo de tensión familiar y conviene que diseñemos una estrategia para manejar la situación. Si pensamos que puede surgir algún problema lo mejor es hablar directa, clara y honestamente con esas personas para pedirles su cooperación, recordándoles lo mucho que significa para nosotros.

Como medida preventiva, es recomendable sentar en mesas separadas a las personas o parejas que tienen conflictos, junto con sus familiares o amigos, y que sus mesas estén lo más distantes posible. Puede darse la situación en la que sea necesario hacer esto con personas muy cercanas, padres, hermanos…, no dudemos ni un minuto, se trata de nuestro gran día.

Cabe mencionar la consideración que debemos tener con los  que vienen de fuera, ya que hacen un esfuerzo para estar con nosotros ese día y merecen que tengamos ciertas atenciones con ellos.

El trato que demos a nuestros invitados será clave para el día de nuestra boda, si están a gusto será más fácil lograr un ambiente entrañable y tendremos el éxito garantizado, llámanos y te ayudaremos a que todo el mundo quede encantado.

María Nieto Lerdo de Tejada

Madrid, 28 de Febrero de 2013

13 de enero de 2013

Segundas Oportunidades


Comienza el año, y que mejor momento para retomar ilusiones frustradas y proyectos aparcados; llenarse de energía positiva y lanzarse a hacer esas pequeñas o grandes cosas que siempre hemos querido.

A veces, por circunstancias de la vida, imprevistos, problemas de salud, trabajo u otros, la celebración de una boda se puede ver truncada, o, simplemente imposible de organizar, aunque el matrimonio sí tenga lugar.

Cuando esto ocurre, tanto a Los Novios como a sus seres queridos les invade una gran desilusión y tristeza que se traduce en “una espinita para siempre”.

Sin embargo, huyendo de normas y estándares, en ocasiones LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES SÍ EXISTEN. Si el matrimonio no pudo estar seguido de un banquete, un baile, una luna de miel…¿por qué no renovar los votos o el compromiso? ¿por qué no preparar una bonita y emotiva ceremonia dónde puedan participar vuestros familiares y amigos? ¿por qué no hacer esa fiesta o ese viaje que tanto soñasteis y no pudisteis realizar?.
Fuente: http://wwww.www.partyrama.eu

Las bodas de plata, bronce, papel; el 1º Aniversario, el 23ª o el 37ª, cada año que pasa es más importante que los demás y una estupenda excusa para quitarse esa espinita y poner en marcha esa pequeña o gran celebración que tanta ilusión os hace.

En Today empezamos el 2013 trabajando en algo muy especial, una segunda oportunidad que nos llena de emociones y satisfacción, y queremos compartirlo con vosotros.

¡Feliz Año Nuevo!


14 de noviembre de 2012

Detrás de una boda perfecta hay un equipo excelente


A medida que avanzamos en nuestras diversas experiencias nupciales, tenemos más seguridad de la importancia que tiene un buen equipo de trabajo en una boda. Se trata de la organización de un día en el que todo debe fluir, trabajamos en directo y no hay segundas oportunidades. El buen hacer y la armonía entre todos los profesionales, los invitados con papeles destacados y los propios protagonistas, son una clara garantía de éxito.

Se trata de un funcionamiento similar al de una empresa, si hay una buena dirección, una comunicación fluida y un ambiente de trabajo positivo, está comprobado que se dispara la motivación y la productividad de las personas que trabajan para la compañía, y esto se traduce en unos buenos resultados.
Foto de Arantxa Sandúa
Si algún departamento actuara de forma aislada o poco profesional se produciría una interrupción en el proceso, y un perjuicio en el trabajo de otros, lo cual dificultaría el correcto desempeño de todas las áreas implicadas y, por tanto, el logro del objetivo final de la empresa.

De la misma manera, en una boda resulta fundamental evitar la falta de comunicación o información que a veces se producen por prisas u otros motivos, y pueden dar lugar a malentendidos, es recomendable seleccionar profesionales con una relación calidad-precio y estilo de trabajo uniformes, que tengan claro cual es el objetivo, el “sueño de Los Novios” su “Idea de Boda”, y, que se adapten a las circunstancias y estén dispuestos a colaborar con el resto.

A la hora de involucrar a familiares o amigos, conviene elegir a las personas más indicadas para cada tarea, aún así a veces sus propias emociones o posibles imprevistos les impiden realizarlas como estaba planeado, incluso, en algunos casos, solo se puede garantizar su perfecto desarrollo dejándolas en manos de alguien ajeno o un profesional.

Sin duda, aparte de elegir a las personas y profesionales adecuados,  comunicarles e informarles muy bien sobre lo que se busca y conseguir motivarles para que se involucren al máximo, la clave para conseguir esta labor de Coordinación tan importante, delicada y laboriosa, es dar con un Wedding Planner que sea capaz de lograrlo.

María Nieto Lerdo de Tejada

17 de septiembre de 2012

El Novio, ¿Protagonista en la sombra?


En los tiempos que corren, cuando se habla de bodas aún es frecuente escuchar comentarios del tipo “las bodas son para las novias”, “lo que diga la novia”, “como quiera la novia”…etc.

Es cierto que La Novia quizá tiende más a manifestar sus emociones, sus nervios y preocupaciones. Sin embargo esto no implica que El Novio tenga que pasar a un segundo plano…ya que él también se casa, siente y padece!


De hecho, en contra de ideas como por ejemplo, que “El Novio pasa o se escaquea”, en la mayoría de las bodas que he experimentado, tanto personal como profesionalmente, El Novio ha jugado un papel fundamental en la organización, generalmente con buen criterio e ideas muy claras, y, muchas veces un gusto exquisito.

Desde mi punto de vista, La Boda es por y para los dos, compartida con las personas que quieren, por lo que debe tener ingredientes de las dos partes, para que los invitados lo perciban así, un receta que no falla por el mismo motivo por el que se unen.

El Novio tiene un papel clave el día de La Boda como anfitrión, aportando el toque de elegancia, intriga y serenidad en los momentos más “difíciles”; el Novio espera y recibe a los invitados, espera a La Novia, y, a veces tiene un guión más largo o complicado.

Para él también es una experiencia nueva, nunca se ha metido en “ese traje” ni se ha puesto “esos zapatos”, al menos no para dar ese paso, lo cual le da todo el derecho a estar nervioso, emocionado y a ser protagonista.

Por suerte he podido observar como algunos Novios elegían vajillas y mantelerías preciosas, o preparaban y supervisaban hasta el último detalle el día de su boda, tan entusiastas y perfeccionistas como sus futuras esposas…tan sencillos, tan guapos y divertidos…vivan Los Novios!

María Nieto Lerdo de Tejada